Cuatro poemas para pensar en o junto a Amilkar – U Poeta quien prefirio jugarsela de genio antes que de marica, pero sobre todo porque esto ultimo no importaba.
Pensar en la obra de Amílcar Osorio Gómez es detenerse a observar elementos literarios de extensiones muy concretas pero de profundas reflexiones, que sin duda comprometian a nuestro autor Nadaista. Sus composiciones que incluyen cuentos, poesias, y una unica novela La ejecución de la estatua, publicada 33 años a su posterior desezo. Seguramente esto no le cambio la vida a nuestro autor, una universidad vio esta diamante en bruto para la investigacion en colombia y publico la misma. Copias publicas en internet no hay. Puede hacernos llegar una a nuestro email acervo@cuarteldos.art.
DEL LADO DE LOS SUEÑOS
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Esta noche, la noche ha pasado su buen rato
recorriendo las avenidas desoladas,
visitando el purulento río
que parte la ciudad como su tajo de podre:
incógnita e indiscreta ha subido
las turbias escaleras que conducen
a hoteles y residencias donde los pederastas
hacen el amor con los muchachos;
impúdica y con aire despreocupado
se ha ido por callejones de cuchillos,
por crudas luces que caen a las calles
como empujadas desde las cantinas
y los lupanares de gritos recedidos.
Esta noche, en tanto, yo me he ido yendo solo
por las encrucijadas del lado de los sueños,
alejado de los sobresaltos, por un mundo
muelle y quieto, cercano e impalpable,
por unos estanques de luz sin precedentes,
por unos giros desconocidos y vagos,
para caer, de súbito, al amanecer,
entre sus brazos de aurora boreal.
Esta noche, la noche ha pasado su buen rato
recorriendo las avenidas desoladas,
visitando el purulento río
que parte la ciudad como su tajo de podre:
incógnita e indiscreta ha subido
las turbias escaleras que conducen
a hoteles y residencias donde los pederastas
hacen el amor con los muchachos;
impúdica y con aire despreocupado
se ha ido por callejones de cuchillos,
por crudas luces que caen a las calles
como empujadas desde las cantinas
y los lupanares de gritos recedidos.
Esta noche, en tanto, yo me he ido yendo solo
por las encrucijadas del lado de los sueños,
alejado de los sobresaltos, por un mundo
muelle y quieto, cercano e impalpable,
por unos estanques de luz sin precedentes,
por unos giros desconocidos y vagos,
para caer, de súbito, al amanecer,
entre sus brazos de aurora boreal.